La limpieza facial con extracción de puntos negros es ideal para quienes buscan mejorar la higiene  y apariencia de su piel. Este tratamiento se enfoca en una limpieza profunda tanto del rostro como del cuello, combinada con la aplicación de microdermoabrasión con puntas de diamante. Este método permite eliminar células muertas y afinar la piel, logrando una textura más suave y uniforme.

Uno de los principales objetivos de esta limpieza facial es la extracción de puntos negros y barros, la cual se realiza de forma delicada y sin agujas. El tiempo de extracción está controlado, entre 10 y 15 minutos, para evitar posibles reacciones adversas como enrojecimiento o inflamación de la piel. Además, es un tratamiento eficaz para mejorar pieles con poros dilatados y piel engrosada, aportando un afinamiento que realza la luminosidad del rostro.

Este procedimiento no solo contribuye a la limpieza, sino que también estimula la producción de colágeno y elastina, esenciales para una piel más firme y rejuvenecida. A su vez, se trabaja en la normalización del color y la textura de la piel, ayudando a tratar problemas como la piel grasa, el exceso de brillo, el acné, los brotes y las pieles con rosácea o tendencia al enrojecimiento.

Para quienes presentan una piel rugosa, opaca o con pigmentación desigual, este tratamiento aporta hidratación, nutrición y oxigenación profunda, devolviendo la vitalidad al rostro. Al finalizar la limpieza, se aplican mascarillas específicas que se adaptan a la edad y al biotipo cutáneo de cada persona, garantizando un resultado personalizado.

Es importante destacar que, aunque este tratamiento ofrece múltiples beneficios para la piel, no está diseñado para eliminar manchas, cicatrices o marcas de acné.

En cuanto a la metodología, se emplea el método Dermashape para la extracción de barros y comedones, evitando ejercer presión en la piel con los dedos y minimizando cualquier daño o inflamación. Además, se utilizan productos con principios activos de origen orgánico y natural, como tilo, malva, manzanilla, arroz, avena, caléndula, manzana, uva, regaliz, soja, aloe vera, ginseng y cola de caballo, que ayudan a calmar, nutrir y revitalizar la piel.

Este completo tratamiento de limpieza facial tiene una duración de 50 minutos, durante los cuales la piel recibe todos los cuidados necesarios para lucir fresca, luminosa y renovada.